CAMINANDO SOBRE PLUMAS

beach-feathers-girl-photography-sand-favim-com-468745

La semana pasada me dí cuenta de cómo una emoción reprimida puede llevarte a intoxicarte a tal grado que no puedas ver la puerta. He estado muy enojado. Enojado conmigo mismo por permitir lo que me han hecho,porque las cosas no me están saliendo, porque no me he podido perdonar, me exijo demasiado, exijo demasiado y muchas de las veces me hundo en el sentimiento para no permitirme ver lo que tengo alrededor.

Toqué fondo, de la manera mas abrupta, estúpida e inconsciente y estoy pagando las consecuencias. No sé si mis consecuencias sean tan graves como perder gente que quiero, pero la realidad es que fue tan fuerte el fondo que me destruí por dentro y volviéndome completamente inseguro de lo que siento y de lo que hago. La persona que era hace algunos años desapareció. La quise matar y refundir en la fosa mas profunda que encontré, sin nombre y en lo más recóndito de un desierto. La realidad es que esa persona existe dentro de mí y sigue sin gustarme.

Esa persona es soberbia, egoísta, manipuladora, deshonesta, ingrata, iracunda, inconsciente, quejumbrosa, víctima, necesitada, exigente, egocéntrica y para acabarla de fregar viva. He tratado de mejorar en muchísimos aspectos de mi vida, no ha sido nada fácil y me causa mucho dolor el darme cuenta que la persona anterior no me funciona, y la actual tampoco. Algunas características las he aceptado, las reconozco y las evito, pero no siempre puedo llevarlo a cabo.

Mi vida ha tenido muchos altibajos emocionales. De hecho nunca he sabido reconocer cuando me estoy “intoxicando” por la emoción y cuando no. La semana pasada fue una borrachera de ira. Ese enojo sutil, que se acumula. Lo he tratado de sacar de mil formas. Pero el principal problema es que no pude reconocer que seguía ahí. Lo confundí con angustia. Los problemas que tengo me agobian, no encuentro la salida de la jaula cuando lo que quiero es volar.

Hoy me doy cuenta que no soy la persona que había tratado de formar, me siento como si fuera un fraude. Sé que me exijo demasiado y que no es fácil cambiar y dejar todas las actitudes destructivas y dañinas, pero si estoy haciendo un esfuerzo. Llevo entre el cielo y el infierno durante casi un mes. En unas áreas estoy súper bien y en otras trato de salir adelante pero me ha sido imposible porque no me creo capaz, cuando todas las personas somos capaces.

El camino de la recuperación de la vida no ha sido fácil para mí, pero lo que si me queda claro es que he cambiado para afrontar las consecuencias de mis actos. Estoy rodeado de gente que me quiere y muchas veces trato de alejarlos porque me siento que puedo hacerles daño, es como si supiera que las cosas marchan bien y creo que puedo meter las patas.

Una de las características mías es la huída. Siempre al sentirme encarcelado por mi sentimiento trato de huir. ¿A dónde? No tengo ni idea, porque no puedo escapar de mí. Estoy encarcelado en un cuerpo y una personalidad que trato de cambiar. Reconozco que soy la persona que he sido y que soy ahora, ambas me atormentan y me ayudan; pero no puedo controlar el que salgan ambas en algún momento.

No he sido la mejor persona, he hecho mucho daño. He permitido que me hagan mucho daño. El proceso de huída, fuga y anestesia es muy familiar. Me toca enfrentarme. Conocerme más y ser humilde. Reconocer lo que tengo y lo que no tengo. Fomentar el autoestima aceptando esas partes dañinas en mí, amarlas y comprenderlas.

Hoy me siento arrepentido de todo lo que he hecho en mi vida, de lo que he permitido que me hagan y de no cuidarme como debería. Quiero de verdad dejar atrás el pasado pero comprendiéndolo y aceptándolo. Mi verdadera aceptación consiste en ver conscientemente lo que hay, sin pensar si es agradable o desagradable. No juzgarlo, sino amándolo.

Siempre he dicho que un poder superior es el Amor. Lo predico en todas las formas, pero los últimos golpes me han hecho sentirme como si no lo fuera todo. Me enojé con el Amor. Hoy toca. Abrirme, sentirlo y compartirlo. Comenzando conmigo. Hoy quiero amarme y amar. Perdonar y pedir perdón. Hacer. Siempre he tratado de dar todo lo que puedo a los demás, y creo que tengo que darme mucho a mí, sin descuidar regar la flor de la amistad, familiar y de pareja con el agua exacta. Demasiada agua ahoga, poca mata. Estuve en sequía regando a los demás, y ahora riego en demasía o no riego en lo absoluto. Quiero hacerlo, de verdad con convicción y con la justa medida. Hoy empiezo de nuevo. Mi novio me ha enseñado que si se puede, que si hay sentimiento hay porqué luchar. Le agradezco y me queda claro, me lo ha demostrado y quiero aprenderlo de él.

Perdón y Gracias a todos, inclusive a mí mismo, ya que después de querer estar caminando sobre clavos, quiero caminar sobre plumas.

Imagen: internet

NADA DE NADA

EdithPiaf

Comienzo el 2013 con bajo estado de ánimo. Puede ser la resaca de las fiestas (resaca emocional, claro) de ese “sentimiento” que inunda a todos para estas fechas. Hace poco que hable con mi amigo Giorgio me decía que había comprendido porque se había “inventado” la navidad y me dijo “es para que las familias se junten y se perdonen, sino no lo harían en años” y coincido con él.

Estas fechas nos hacen sacar la fibra sensible que todos tenemos dentro. Pero en mi caso esa fibra no tiene cubierta, así que está expuesta todo el año y en Diciembre no fue la excepción. Me sentí feliz, triste, angustiado, solo, acompañado, querido, deseado, rechazado, ignorado, usado, eufórico, vivo, muerto en vida, identificado, alienado y al final confundido. La verdad es que es una época de reflexión y aunque me gusta lo que he logrado y lo que estoy seguro llegará no puedo dejar de sentir y ver la neurosis de la sociedad y mi propia neurosis.

Me salta el ver a las personas tan felices teniendo buenos deseos y cuando salen te echan el coche encima o se te meten en la fila del supermercado. La falta de congruencia que me confronta con mi incongruencia. Antes del día de Navidad vimos a unas monjas empujando un coche (el padre iba conduciendo) porque se había quedado sin batería. Mi papá y mi tía corrieron a ayudar a empujar; TUVE que ayudar porque me sentí mal ver a todos empujando y “el mas joven” (yo) no lo quería hacer. Al final ayudé pero porque lo tuve que hacer, estaba cansado y no estaba de humor. El hecho es que me hizo consciente mi incongruencia, como la señora que me echo el coche encima el mismo día y que con una sonrisa falsa deseaba feliz navidad. No ví ninguna diferencia entre esa señora incongruente y yo. Me dolió.

Seguí con reuniones, fiestas, salidas, etc. Hasta que me detuve un momento el 30 de diciembre y me quise quedar encerrado en mi departamento. Sigue mi propia confrontación viendo una película de Edith Piaff que se llama “la vida en rosa”, ya que tiene la misma personalidad que yo (4 del eneagrama) y como ella en su vida, hice mi propio drama en mi vida. Una escena que me impactó es cuando le preguntan si le tiene miedo a la muerte y ella contesta que le tiene más miedo a la soledad; y lo más impactante es que murió sola, con la enfermera al lado y nadie de sus seres queridos alrededor. El que a hierro vive, a hierro muere. Me identifiqué con ella en automático.

Como ella tiendo a alejar a las personas que me quieren en los momentos de vivir mi drama (el drama final de ella, su lecho de muerte con el marco de su canción Rien de Rien y en mi caso mi drama tuvo el mismo marco por unos días). Quise vivir una muerte en vida tratando de quedarme solo alejando a los que se interesan por mí con el pretexto de que no los quiero preocupar, pero al final (como muchos hacemos) lo que deseo es estar con ellos.

Si se dan la oportunidad de ver el video y reflexionar la letra tiene las dos caras de la moneda. La inconsciencia y la esperanza. Inconsciencia: No valorar todo ni lo bueno, ni lo malo, ni los recuerdos, ni los placeres; despreciar la propia vida. Esperanza: Vuelvo a comenzar de cero y todo comienza contigo. Así fué su vida (muy del 4) esperando que a partir de ahora todo va a mejorar sin querer ver la realidad de cómo se está en el momento. Me impresionó ver el sentimiento con la que canta, lo acabada que se vé (44 años), la tristeza y nula esperanza de su mirada y el semblante completamente triste. Una persona tan genial, devora hombres, diva e increíblemente talentosa.

Estoy el 2 de Enero de 2013 con resaca emocional. Viendo lo que realmente quiero en base a los hechos y a la consciencia que tengo. Sí, me doy cuenta que me compliqué la vida unos días y mi final de año fue de lo más desganado. Como he dicho no quiero esperar nada del 2013, pero si espero algo de mí. Quiero tener una consciencia continua de ver en el momento lo que esta pasando, no me quiero dejar llevar por mi ego, salir adelante a pesar de mí. La persona y el psicópata más peligroso es el que está en mi interior, en mis pensamientos negativos y acciones inconscientes; ya que duerme, come, vive y respira a través de mí. Cuando digo psicópata es porque el psicópata no siente culpa, y una persona inconsciente tampoco; por lo tanto al no sentir culpa de lo que estoy haciendo mal me lleva a hacerlo sin medir las consecuencias.

Tengo algo claro dentro de todo esto. Me doy cuenta. Soy consciente. Duele pero no sufro. Eso fue en días pasados. El día de hoy salió el sol de nuevo, sigue nublado y frío. La gente camina abrigándose por la calle con una sonrisa o con una mueca. Nada cambió, lo único que realmente sucede es que todas las percepciones están dentro de nosotros. El aprendizaje es que si veo la vida gris, gris será. Comencemos el día y el año con esos colores. Con esa consciencia que el enemigo soy yo mismo, nadie me ataca a menos que me lo tome como ataque, pero al mismo tiempo el mejor amigo y amante puedo ser yo. Amarse a uno mismo requiere mucha consciencia de ver cada cosa que es buena para mí. Hoy soy ese amante y amigo de mí mismo. Me voy a dar todo el amor, comprensión y tiempo para cuidarme, animarme y enseñarme.

Así que después de la tormenta vienen los rayos del sol. Me pongo las gafas, el bronceador y a pesar del día nublado y gris me siento en la playa emocional. Me dispongo a broncearme internamente y disfrutar el sonido de mis olas emocionales.