JUGO CON PULPA

20130217-192955.jpg

Todos los seres humanos tenemos polaridades en nuestra personalidad. Esos aspectos que consideramos conocidos o desconocidos y que creemos que se anteponen; pero en realidad se complementan.

Cuando no aceptamos esas partes entramos en conflicto y tratamos de alejarnos neuróticamente hacia el otro lado.Una de esas polaridades más comunes son , por ejemplo, el masculino y femenino. En mi caso al aceptar mi parte femenina me ha hecho ver sin miedo todas esas cualidades que considero «femeninas» como son la sensibilidad, el sentimentalismo, la bondad y la ternura; pero al mismo tiempo encuentro que también me ha hecho aceptar más la parte masculina como el ser duro, firme y frío sin caer en el rechazo de ambas.

Una persona que se considera víctima en su vida puede no conocer o no aceptar su parte sádica. Es decir se vuelve masoquista haciendo que toda su vida sea un drama viendo el ataque de las demás personas y echándoles la culpa, volviéndose una víctima de las circunstancias. En el caso de que no haya nadie a quien echarle la culpa, lo hará internamente con un sádico en la mente diciéndole lo que está mal, lo que tiene que arreglar, lo gord@ que está e incluso lo mal que hace las cosas en el momento. En cambio al conocer su parte sádica hará que conozca esos aspectos «tiranos» de su personalidad, pudiéndolos evitar e incluso no aceptando las críticas o agresiones como víctima, ya sean internas o externas.

En las relaciones humanas, y muy especialmente en las parejas, esto se vuelve un conflicto interpersonal. Estamos acostumbrados a escuchar «encontré mi media naranja» y para muchas personas es una realidad. Me causa escalofrío escuchar esa frase que utilicé durante tanto tiempo queriendo encontrar una persona que me complementara, pero en realidad estaba buscando aspectos de mi personalidad que no puedo ver o que rechazo.

A menudo nos enamoramos de esa persona que representa una cara oscura de nosotros mismos. Todos tenemos aspectos a la luz y otros a la sombra que nos representan o con los que nos identificamos. Como la luna que sólo vemos la cara iluminada y que no podemos ver la cara a la sombra. Esas sombras son cualidades que no nos gustan o que rechazamos de nosotros mismos,y al verlos en otra persona los identificamos como «buenos» o » interesantes» que nos enamoran. En algunos casos los volvemos detestables e inaceptables.

Ese no es el problema, es parte del proceso natural de pareja o de relacionarnos. El problema es cuando creemos que nos complementan, que hemos encontrado esa media naranja o que son características que nunca tendremos porque tarde o temprano se volverán hacia nosotros. Nos fusionamos, hacemos simbiosis con esa persona tomándola como parte nuestra que no podemos poseer. La volvemos un objeto, una necesidad o incluso una parte de nosotros indispensable para sobrevivir.

A lo largo del tiempo esos «aspectos complementarios» se vuelven insoportables, amenazantes y los rechazamos en la otra persona volviendo a la media naranja en jugo con pulpa lanzado sobre nuestras propias caras. Ese lado oscuro que no vimos en nosotros nos desagrada y nos amenaza cual tigre cada vez que pasa un conflicto.

Esto no quiere decir que no tenga remedio cualquier relación sino que tenemos que conocer nuestros dos polos para aceptarlos y verlos a la luz. Se trata de eliminar lo «misterioso».Cuando estamos en tinieblas nos imaginamos demonios y fuerzas del mal que nos acechan pero al encender la luz nos sentimos seguros. Todos esos aspectos que «no veíamos» se vuelven conocidos y ya no nos acechan, sino que nos complementan y ayudan para conocernos mejor.No buscar esa «media naranja» y convertirla en » jugo con pulpa» en algún momento de la relación.

No existen medias naranjas, personas complementarias o relaciones indispensables o necesarias. Esos apoyos están dentro de nosotros, en aspectos propios de la personalidad. Al conocernos y aceptarnos podemos ver a los demás como lo que son. Personas independientes, con cualidades únicas y diferentes a las mías; pero al mismo tiempo con aspectos parecidos a los míos. Desaparece el rechazo a los demás porque entiendo mi propio rechazo por esos aspectos que me amenazan. Veo lo que me gusta de mi personalidad en los demás y acepto las personas como son.

Comienza el amor a los demás y el amor por mí.Me gusta pensar que todo comienza y termina con una frase: Te amo a pesar de mí.

Imagen: http://pinterest.com/pin/210121138835980010/

AUTOCONCEPTO E INFELICIDAD

  • 20130210-172456.jpg

    A menudo me encuentro diciendo como soy, que me conozco perfectamente y que sé lo que quiero de forma decidida. Mi auto concepto es un concepto erróneo la mayoría de las veces; son características que no me hacen vivir el amor y vivir en reclamo y desapruebo de mí mismo.

    Esa forma de decir que no puedo cambiar me limita a ser como soy en este momento. La forma en que me veo y que creo que esta «bien» es lo que me hace caer en sufrimiento. Sentirme agredido, ignorado, rechazado o incluso invisible es la forma de caer en ese autoconcepto de lo que merezco o necesito.

    El darme cuenta de lo que pasa y ver los aspectos de mi personalidad que están en conflicto y lo más importante la espontaneidad para reaccionar y ser en las diversas situaciones es lo que me va a ayudar a conocer y reconocer ese autoconcepto que me ha seguido durante toda mi vida y que ha impedido mi verdadera felicidad.

    En este momento siento miedo. Miedo de ser lo que era y no saber lo que seré. Estoy en un punto muerto. Siento que estoy aprendiendo. Me esta costando mucho trabajo reconocer que muchas de las veces reacciono de manera diferente y no saber lo que me gusta en realidad. Estoy reaccionando y no accionando. No sé como comportarme. Lo que si estoy seguro es que quiero aprender.

    Ayer tuve una situación en reaccioné completamente diferente a como estaba acostumbrado.Me considero impulsivo y lleno de enojo. Sentí el enojo pero no reaccioné impulsivamente, ademas que dije lo que sentía y me llenó de miedo el darme cuenta que no sabía que hacer. Que me daba miedo perder a las personas que quiero, que me ví como impotente a salir adelante y que creí que todo estaba terminado en mi vida. ¿Drama? Totalmente.

    La diferencia es que no lo hice, lo pensé y comencé a sentir el miedo, la impotencia y el rechazo. Lo que no pude entender es el rechazo hacia que parte de mí. Puedo identificar que es a la parte impulsiva, pero no sé si a esa parte intensa de sentir. No me agrada sentir todo en carne viva pero tampoco lo conocía.Estoy seguro que no tengo miedo de estar solo, pero si tengo miedo de no estar con las personas que quiero. Puede ser falta de auto apoyo o simplemente desconocimiento. Pero la realidad es que me sentí que no era autosuficiente gracias a ese concepto de mí mismo.

    Me doy cuenta que estoy tomando riesgos. Riesgos de estar con alguien, que no me quiera, que en un futuro deaparezca de mi vida y que no sea suficiente para él. Pero exactamente en este punto salta mi autoevaluación y por consiguiente el miedo. Vivir el amor (y no hablo sólo de pareja) es lo opuesto a ponerme etiquetas. Es ser como soy. Reconozco que quiero que las cosas sean como yo quiero y que me quieran como me gusta, pero la realidad es que voy cambiando y evolucionando. No puedo aferrarme a ser el que era, y lo peor de todo a reaccionar como antes en situaciones similares.

    Muchas veces me comparo con dos personas: mi yo pasado y mi yo presente, o inclusive mi yo presente con mi yo futuro. Ya que lo mío son las comparaciones, siempre quiero estar nostálgicamente en un estado anterior o eufóricamente en un estado futuro. Hoy soy vulnerable, tengo miedo pero dentro de todo estoy dispuesto a ser feliz y lo siento, no sé como pero estoy aprendiendo. Estoy aprendiendo a aceptar mi realidad, a aceptarme como soy y a rendirme en el proceso. Trataré de desmenuzar la vida para saber que me gusta, digerirlo y deshacerme de lo que no quiero. Sé que estoy en continuo cambio y estoy aprendiendo de todos, especialmente de un maestro que tengo al lado en este momento.

    No es fácil y puede llegar a ser doloroso. El amor que siento a lo que soy y a la persona que está conmigo me gusta. El amor como concepto para mī es esa capacidad de aceptar y disfrutar sin juicios y con comprensión. El amor pasa. No se planea. No se fuerza. No se entiende. Se siente. «Es como si te atropellara un camión amarillo» diría él.

    Mis sentimientos son intensos desde hace un tiempo, confundibles y siempre impermanentes. Sea lo que sea que esté pasando en este momento es parte de un crecimiento. El riesgo y el miedo me acompañan hoy. Pero hoy más que nunca mi compañía principal es el amor a mí mismo y a los demás. Parte del crecimiento es sentirme confundido,con miedo de no saber que hacer y que va a pasar conmigo. Lo que si es mas claro que el agua es que sino lo sintiera querría decir que estoy aferrado a mi autoconcepto, evitando conocerme e impidiendo aceptar mi realidad y a las personas que tengo en mi vida en este momento.

    Aquí y ahora sólo me queda abrirme, conocer mi nuevo yo y conocer como reacciono en las situaciones actuales. Integrar esas partes conflictivas de mi personalidad.Sentir el amor evitando ponerme y poner etiquetas. No juzgar. Respetar.Darme a respetar.Comprender. Sentir. Interiorizar y exteriorizar. Ser yo. Y lo mas importante: dejar ser.

    Imagen:http://onlyoldphotography.tumblr.com/post/32374521158/andre-kertesz-distortion-51-1933-although
    Autor:André Kertész: Distortion #51, 1933

SOY INMADURO

En estos dos últimos años me han dicho que soy inmaduro, que tengo que vivir de acuerdo a mi edad, o que incluso tengo que hacer las cosas políticamente correctas para ser diferente. Mi muy personal punto de vista es … Sigue leyendo