CAMBIOS ADAPTATIVOS

 

En este momento estoy haciendo cambios fuertes en mi vida. Trato de dejar lo que me hace daño y lo que me causa conflicto en mi desarrollo emocional y espiritual. Hacer algo bueno por uno mismo cuesta mucho trabajo, especialmente si no queremos hacer ese cambio. Hace poco corté con una relación en la que me dí cuenta que esta persona me había acompañado en una relación unilateral; es decir, yo me aventé, yo me comprometí, yo confié, yo me abrí, yo me dí cuenta y al final decidí no seguir. Todas estas decisiones las hice solito, con el acompañamiento, pero sin el compromiso de la otra persona. Muchas de las relaciones que conozco son de la misma manera, cada uno por su lado y juntos por un tiempo.

Si me hubiera pasado hace algunos años, hubiera seguido mucho tiempo creyendo que la otra persona podría cambiar, que pudiera tener la oportunidad de crecer conmigo (o yo con esa persona), que nos acoplaríamos o que incluso pudiera aceptar la situación o  la persona. Ese es mi gran problema, que soy una persona sobre adaptada.

Me sobre adapto a mis pensamientos, a mis situaciones, personas, cosas, escenarios o incluso lugares. Sin problema. Sin conflicto, a menos que claro… tenga que hacerlo para mi propio crecimiento o incluso para mi bien emocional. Lo irónico es que puedo llegar a ser resistente al cambio, pero si es necesario me puedo adaptar como camaleón en el ambiente. No causar conflictos, problemas o incluso pasar desapercibido. Me puedo adaptar tanto para ciertos momentos de mi vida que los convierto en una zona de confort para no moverme y seguir, y claro, si no me muevo no escucho el ruido de mis cadenas.

En este momento estoy muy consciente de los cambios que he hecho. Trabajo, pareja, familia, amigos, dinero e incluso sentimientos. Los estoy haciendo con pleno uso de mi consciencia, pero eso no quiere decir que sean fáciles o que no tenga miedo.

Ciertos días me levanto enojado, deprimidito, tristecito o con flojerita (y lo digo en diminutivo porque de esa manera lo pienso para evitar la culpa, adaptándome claro) y hago las cosas de mala gana o evito hacerlas. Comienza la bola de nieve. Evito hacer lo que debo para sentirme más enojadito o deprimidito, y por consiguiente vuelve a pasar. Adaptación tras adaptación, causa y efecto ¿o efecto y causa? Y el resultado final angustia y miedo.

Consciente de lo que estoy haciendo veo que todo se basa en el cambio y en la adaptación del cambio en mi vida. Hacer cosas buenas por mí cuesta, y cuesta mas, hacerlas consciente realmente. El hacer los cambios aceptando las consecuencias me lleva a un camino sin retorno. Afrontar consecuencias, expandir horizontes, visualizar realidades, materializar sueños. Cambios en donde la propia adaptación es necesaria en algún momento para tomar aire y seguir, respirando la energía que me llevó hasta ese punto.

Seguir con tenacidad no es capacidad de todos. Sólo los valientes, seres despiertos y conscientes son capaces de digerir y afrontar consecuencias. Los cambios duelen porque son evolutivos. El coraje y la valentía de vivir realmente mi vida consisten en hacer los cambios en este mismo instante, en el presente. Siempre esperamos el momento adecuado para hacer el cambio y nunca llega, pero lo que si llega es la adaptación al momento.

Hoy estoy consciente que si cambio en este instante voy a tener consecuencias y responsabilidades. Me queda claro que es mi camino. El camino de la transformación, la evolución y el verdadero crecimiento. Los invito a pensar: ¿Estoy cambiando realmente para mi crecimiento emocional o espiritual? ó ¿ El cambio lo incluyo en mi vida como adaptación a las circunstancias?. A fin de cuentas no todo lo que brilla es oro y no todo cambio lo hago consciente…

Imagen: http://dix.osola.com/forum/read.php?f=1&i=55043&t=55043&opt=d31111111112311