ATRAPASUEÑOS DE VIDA

 

Atrapasueños

El proceso de mi vida en estos días ha sido muy interesante. Comencé cayendo en la cuenta que no puedo confiar muchas veces ni en mí mismo porque no me he conocido lo suficiente, o no he querido experimentar formas diferentes en mi forma de ser. En una de mis terapias Gestalt salió la frase de «durmiendo con mi enemigo». Pensé en un montón de cosas, pero el verdadero enemigo soy yo mismo. Soy un tirano exigiendo, controlando y tratando de hacer todo bien. Me lo exijo en todo momento. Una parte castigadora dentro de mí que me hace que haga cosas cada vez mejor. Tengo que meditar, ser bueno, no exigir, no decir lo que siento, lo que pienso, estudiar, trabajar más, ser buen novio, buen hijo, buen amigo, buena persona y principalmente ser mejor. Cuando no lo logro comienza el castigo de una forma sádica de culpa y enojo conmigo.

Pero es sólo una parte. Como todos los seres humanos tenemos varias voces en nuestra cabeza que nos dicen que hacer y que no hacer. Que juzga, exige, manipula y castiga. Es normal en todos nosotros. Pero entiendo que es sólo una voz que no tiene fuerza si yo no le doy la fuerza necesaria para hacerlo. Eso es dormir con el enemigo. Hacerle caso hasta que la vida se vuelva estresante o exigente en todo momento.

Me doy cuenta que otra parte de mí quiere volar. Volar hacia una libertad libre de cadenas. El enojo, exigencia, frustración, impotencia, el ser bueno, el querer hacer las cosas mejor (más allá de mi capacidad) , ser bueno en todo y hacerlo mejor cada vez; son sólo cadenas que evitan que vuele hacia la verdadera libertad.

La libertad de ser una persona auténtica. Hoy comencé a ser como yo quiero. No a lo que los demás quieren que sea. Antes me sometía a los deseos o a lo que me querían dar los demás.El día de hoy no. Quiero hacer lo que me gusta sin exigencias, a vivir mi vida en libertad y no juzgarme todo el tiempo por las cosas que hago de cierta manera. Pero eso no quiere decir llegar a vivir sin límites. Ver lo que es bueno para MI. En el pasado (inclusive hace algunas semanas) no distinguía lo que realmente era bueno para mí porque no confiaba en que lo fuera, sino en lo que me podía equivocar. Me moría de miedo de perder a personas que tenía en mi vida y que nunca pensaban en lo que yo realmente necesitaba, sino en su propia satisfacción y crecimiento de su ego. Hoy no tengo miedo de perderlas, ni de tenerlas. Si realmente me comprometo conmigo mismo puedo estar con quien sea sin miedo, sin quedar bien, sin tratar de agradar y sin necesidad de tener a alguien.

El compromiso lo veía como una cadena que me impedía volar, pero no es así. El compromiso me ayuda a hacer lo que quiero poniéndome límites, a cumplirlos. Me doy cuenta que no me comprometía conmigo mismo por el miedo a que los demás no se comprometieran conmigo. Me sentí absurdo al darme cuenta que el compromiso es mío. Me comprometo a decir lo que pienso, lo que siento y lo que quiero. A cumplirlo. A aterrizar mis sueños. Los sueños de ser yo mismo por el simple hecho de querer hacerlo, no con la exigencia de tener que ser mejor.

Yo sé que no todo lo que pienso o siento es real. A veces son simples juegos de mi ego para exigir y exigirme. Pero me doy cuenta que no soy egoísta cuando los demás me demuestran que no lo son conmigo. Soy una persona que puede llegar a ser muy exigente y egoísta cuando no me demuestran que puedo confiar en ellos, y peor aún cuando me demuestran desconfianza. Pero no tengo porque dejar que me pisoteen en ningún momento. Que las personas pueden llegar a hacer importantes en mi vida cuando dejan huella, no rastros de problemas.

Yo soy muy intenso, pero sé que soy muy confiable. Digo exactamente lo que pienso y lo que quiero. Tengo confianza en saber escoger el camino, pero al mismo tiempo en que las personas caminen conmigo de la misma forma y confiar en ellos para recorrerlo juntos. No encadenados. Con libertad. Las verdaderas cadenas son lo que espero que hagan por mí, creer cuando no puedo creer, confiar cuando no puedo confiar. Me doy cuenta que exijo verdades donde no hay verdad. Amor e interés donde no lo hay. Me intereso por los demás para hacer que se sientan bien en cada momento desde su punto de vista y no del mío. Ayudarles a cumplir sus sueños.

Parte de mis sueños son ser mejor persona, vivir tranquilo y que los que estén conmigo disfruten mi compañía. Pero honestamente. Sin neblina de promesas, mentiras, engaños o con falta de interés. Estoy contento con lo que puedo ser y aunque me dé cuenta de mis errores, estoy dispuesto a pedir perdón y arreglarlos. Por mí, por mi sueño de estar tranquilo. Divertirme. Disfrutar. Ser libre. Sin las cadenas de mi enemigo interno y sin enemigos dando vueltas a mi alrededor.

La verdadera libertad no comienza hoy. Comienza en el pensar y sentir con discernimiento. Con inteligencia emocional de vivir sin cadenas sabiendo lo que quiero y no quedarme con las migajas que caen al piso. Lo importante para mí es lo único que me pueden dar, no lo que es importante para ellos. Eso no me sirve. Así que hoy trato de dar lo que es importante para los demás pero desde mi verdadera libertad de ser YO, sabiendo que quiero hacerlo y comprometiéndome conmigo mismo y llegar a ser un verdadero compromiso con los demás. Ese es mi sueño. No quedarme varado en un atrapasueños que me impide volar.