CARTA A MI MISMO

  Hoy tengo muchas cosas que decirte. De la forma del amor adulto. Confrontándote pero mostrándote la realidad. Has vivido en una fantasía esperando que las personas te den lo que tu no te has podido dar. Esta semana necesitaste … Sigue leyendo

REALIDAD DISTORSIONADA

 

301406_10151111016288423_2060966877_n

 

Muchas de las veces vivo en una fantasía. Una fantasía de que las personas son diferentes o que pueden llegar a ser diferentes. El gran problema que tengo es que confío en la gente y tengo ese toque de esperanza de que son capaces de crear la gran persona que llevan dentro, pero no es así. Cada quien tiene su proceso y cambia si quiere o si le interesa. Duele mucho darte cuenta de esto, cuando crees que las personas son personas que te quieren y al verlo con los hechos en vivo y en directo duele mucho darte cuenta que no es verdad.

Duele mucho darte cuenta que tu no eres la persona que dices ser, y que tratas de ser. He permitido muchas cosas de un tiempo para acá. Nadie me ha obligado, con la esperanza de que iba a ser mejor o que podía confiar en eso que llamaba Amor. El nombre del amor se hacen muchas cosas, por lo menos es un dicho muy popular. Es verdad. En nombre del amor he permitido que me ofendan, que me humillen y que me hagan daño.( ¿Cuántas veces no lo hemos hecho por un familiar (padre o madre) o por un amigo?). En realidad es una fantasía. Cuando amo a una persona no le hago daño, trato de que su bienestar emocional, físico y mental esté bien en todo momento y trato de respetarla en cualquier circunstancia.

Esta semana fue muy pesada para mí. Dí apoyo en todas las circunstancias que pude. Me abrí, dejé de lado mis necesidades, mis gustos e inclusive mis deseos. Me anulé como me ha pasado muy seguido. Me doy cuenta que llegué a un punto en donde estoy buscando que me llenen mis necesidades y las pido directamente pero no les interesa escucharme. Duele el darte cuenta y la verdad no es nada agradable percibir en mí que estoy pidiendo muchas cosas y yo soy el primero en negármelas. ¿Qué me hace diferente a esas personas? A mí me niegan respeto, comprensión, escucha y apoyo. Yo anulándome como en esta semana hice lo mismo. No hay ninguna diferencia entre todas esas personas que veo como egoístas. Y yo estoy siendo egoísta conmigo mismo. Todo es un equilibrio entre dar y recibir. ¿Tengo equilibrio en mi vida? No.

El apego a las personas es una cualidad/defecto que tengo muy presente. El apego de una manera sana me hace estar ahí para cuando las personas me necesiten, pero de la manera que lo llego a hacer es cumplir todos sus caprichos y deseos para que no les falte nada, termino por anularme y por no ver que no recibo lo que necesito. Al principio estaba muy confundido entre mi deseo y mi necesidad, ya que soy una persona que quiere cada vez más; pero la verdad pude llegar a distinguir entre mis necesidades básicas y mis caprichos.

No me estoy respetando. Estoy pidiendo algo que no me pueden dar y que dentro de mi fantasía creo que sí. Me obligo a estar en donde no puedo estar y en cambio quiero estar. El respeto por mí mismo se confunde dentro de la fantasía. El capricho contra la necesidad. Mi necesidad el dia de hoy es vivir lo que tenga que vivir sin mi fantasía de lo que podría ser en mí y en los demás.

Mi fantasía se rompe al ver que las promesas no son hechos, que los hechos me dicen lo que está pasando aunque no me guste y que los hechos me llevan a ver que no estoy haciendo lo correcto dentro de mí. Nunca había necesitado más apoyo como esta semana y quité mis prioridades por los demás. Hoy me doy cuenta que ese apoyo no existe, que estoy aquí como siempre en el café escribiendo y que no cambia nada. A gritos ahogados pedí comprensión y amor. Me lo negué. No me ví. No me vieron. Me sentí invisible. Como muchas de las veces me pasa. Soy invisible para muchos, inclusive para mí.

Hoy estoy en un punto muerto. No sé que hacer, pero lo que tenga que ser será. No me complico la existencia. Sólo dejar pasar el tiempo y que muestre la verdadera realidad.

Imagen: Fotografía de Andoni Urquiola. https://www.facebook.com/Tio.Andoni

PLUMA POR PLUMA

aguila-real

Un año más de vida. De experiencias, momentos vividos y dolores sufridos. No quise celebrar este cumpleaños porque de verdad no lo siento. He tenido un año muy difícil. Como siempre he salido adelante no sé ni cómo, o por lo menos me hago a la idea de que lo he hecho.

Estoy consciente que tendría que agradecer todos esos momentos y experiencias asimiladas, y de verdad lo quisiera hacer pero no me nace. No me gustan mis cumpleaños porque no me gusta ser el centro de atención, no estoy haciendo absolutamente nada como para que me festejen; pero si reflexiono un poco más me doy cuenta que de verdad si es un logro enorme llegar a un año más. Hace algunos años en la misma fecha murió el doctor que me trajo al mundo: mi tío. La vida se ha portado muy irónica en esta fecha.  Comencé una relación el mismo día y que por cierto duró dos meses. Con cada fiesta sorpresa, los sorprendidos fueron los organizadores. Toqué fondos en este día, pero especialmente es un día donde evito sentir. Sentir que llevo un año menos de vida, o uno más hacia la muerte. No soy fatalista pero soy realista. Este año fue en su mayoría una gráfica de electrocardiograma emocional.

Cada año me voy del pueblo, apago los celulares, desactivo mi cuenta de Facebook y me aíslo del mundo para vivir mi duelo. Este año, ya no voy echar el típico rollo de que no espero nada, que agradezco y que quiero lo mejor para este año. Este año estoy cansado. Es hora de renovarme.

Mi animal favorito es el águila real. Es de los animales más longevos (que ironía porque no me gusta envejecer), llega a vivir 70 años. A la mitad de su vida (aproximadamente a los 40 años) vuela hacia lo más alto de una montaña que pueda, se refugia en un nido y comienza un doloroso proceso de transformación pero necesario. Su pico esta ralo, sus uñas se resquebrajan y su plumaje está dañado. En ese momento comienza tirándose el pico contra una roca. Espera a que crezca, posteriormente se quita las uñas y el plumaje. Este proceso dura 150 días. Es muy doloroso ya que es amputar prácticamente las partes de su cuerpo exteriores, uña por uña, pluma por pluma.

Yo estoy en el proceso del águila real. Es doloroso pero necesito amputar cada parte de mi ser ralo, resquebrajado o dañado. Es muy doloroso ver que necesito un proceso de renovación. Si por mi fuera me perdería feliz los 150 días sin saber de nadie y que no supieran de mí. Este año dañé muchas partes de mi ser y me dejé dañar. Evité verme, pero llegó el famoso día de mi cumpleaños. Me ví en el espejo interior y exterior. Toqué un fondo más cuando me acosté por la tarde y comencé a llorar por la muda de personalidad, por el que está muriendo.

Me estoy haciendo daño de muchas maneras, evito verme. Evito vivir. Estoy en crisis. Y definitivamente odio las crisis. Quiero comenzar el proceso de transformación como el águila real. Comienzo cerrando el pico y tirándomelo para dejar de decir cosas que me arrepiento. Tirándome cada uña para ser humilde, dejar de juzgar y evitar hacer daño. Y finalmente es hora de renovar mi cuerpo, hacerle caso y cuidarlo. Me quito las partes más difíciles de mí. El juicio, el expresar cosas impulsivamente, la soberbia y el hacer daño “inconscientemente”. Me va a costar cada parte, me cuesta el ir tirando y dejando.

No sé si mi proceso de renovación dure los 150 días del águila, pero si me queda claro que me pega mucho mi cumpleaños. Me puse objetivos desde pequeño que sólo me han servido para frustrarme (mi propio juicio) y lo sigo haciendo por momentos. Estoy cansado,  harto y aburrido de ser una persona que se deja llevar por su propio ego. Me vuelvo manipulador, egoísta, egocentrista, egotista, dramático, sufridor, chantajista y especialmente víctima de mí mismo. De verdad estoy cansado de ser así.

Me propuse realmente decir lo que quiero y lo que pienso. Estoy cansado del “debería”. Toda mi vida he visto que debo ser buen hijo, buen hermano, buen novio, buen amigo, buen amante e inclusive buena persona. Pues no lo soy, soy como soy y punto. Puedo llegar a ser todo eso “bueno” y también “malo”.

No me dejo ser con una cascada de cosas que me exijo. De verdad mi transformación será dolorosa, y como siempre digo estoy en proceso. También estoy cansado del proceso. Harto de besar sapos, o príncipes que se convierten en sapos. Harto de verme en el espejo y reprocharme algo, de no decir lo que quiero por miedo a echar a perder algo. Me estoy echando a perder con lo que no digo. Cansado de escuchar promesas  y creérmelas (porque debería hacerlo por el “bien” de…). De ver mentiras y tragármelas con el pretexto de ser mejor persona. De pedir lo que necesito y que no me lo den. De pedir. De dar cuando no quiero. De escuchar y de decir cuando no me nace. Soy como soy. Intenso, sincero, honesto, enojón, noble, compasivo, desconectado, apasionado, preocupado, amigable, rígido, divertido, alegre, chocante y muchas cosas más. Sí, soy lo que quiero ser. Ya me cansé de estar renovándome a medias. Hoy comienzo tirándome el pico y hablar las cosas que realmente quiero sin arrepentirme. Siguen las uñas, pero no por eso seré débil. Se necesita mucho valor para hacer esto. El plumaje… Como el ave fénix. A quemarse, volverse cenizas y renacer.

 

Imagen: http://4.bp.blogspot.com/-h_k7pgM86hc/ThRyTrjCFnI/AAAAAAAAAEo/UNzR8sHnRPk/s1600/aguila-real.jpg